sábado, 16 de junio de 2012

MARTÍN I de ARAGÓN


Martín el Humano
Hijo segundo de Pedro IV el Ceremonioso y de Leonor de Sicilia, recibió el título de duque de Montpellier.
Nacido en Gerona en 1380 y murió en Barcelona en 1410
En 1380 su padre le cedió el reino de Sicilia, que tras la muerte de Federico III volvía de nuevo a la órbita aragonesa.
Sucede como Rey a su hermano Juan I de Aragón que falleció sin sucesor en 1396
Martín I de Aragón llamado también Martín I el Humano y Martín I el Viejo, fue entre 1396 y 1410 rey de Aragón, de Valencia, de Mallorca, de Cerdeña y conde de Barcelona. Igualmente fue rey de Sicilia entre 1409 y 1410
La inestable situación de sus reinos peninsulares hizo que Martín abandonara Sicilia en 1397, y al llegar a Zaragoza juró los fueros ante las Cortes el 13 de octubre de 1397 y fue coronado el 13 de abril de 1399.
Al contrario de lo que había hecho su hermano, procuró ganarse la amistad de las oligarquías urbanas, descontentas con el reinado anterior, aunque no consiguió muchos éxitos al encontrarse dichas élites envueltas en una guerra de bandos que el monarca, indeciso, no supo atajar.
Contrajo matrimonio en 1372 con María de Luna, hija de Don Lope, el primer conde de Luna, en 1374, de esta unión nacieron: el futuro rey de Sicilia Martín el Joven (1376-1409), Jaime (1378), Juan (1380) y Margarita (1388).
Reino de Sicilia
Al regresar a la peninsula refuerza su posición en el Reino de Sicilia cuando en 1379 se acuerde el matrimonio entre su hijo y heredero con María de Sicilia que en 1377 había heredado el trono siciliano tras la muerte de su padre Federico III de Sicilia.
Dada la minoría de edad de ambos, el matrimonio no se celebrará hasta 1390, y Martín I será nombrado señor y regente de Sicilia en 1380.
Tras la coronación en Palermo de María de Sicilia y Martín el Joven, que recibió el título de Martín I de Sicilia, una facción de la nobleza siciliana partidaria de los Anjou se rebeló contra los nuevos monarcas, lo que obligó a Martín el Viejo a ponerse al frente de una flota y desplazarse a Sicilia para acabar con la insurrección.
Mientras se encontraba inmerso en la pacificación de la isla, le sorprendió en 1396 la muerte de su hermano el rey de Aragón y la noticia de que, al haber muerto este sin sucesión masculina, su esposa María de Luna había reclamado el trono en su nombre
Su hijo Martín de Sicilia, con la victoria de San Luis (1409), acabó de someter a la nobleza rebelde de Cerdeña, expulsando de allí a los genoveses en 1409.
Hasta su llegada a la Península asumió el gobierno su esposa María de Luna, que supo con prudencia y energía solventar los graves problemas planteados. Por una parte la nueva reina tuvo que hacer frente a las intrigas de su antecesora Violante de Bar viuda de Juan I que anunció que esperaba un hijo del rey fallecido que sería su legítimo heredero, Así como de Mateo I, conde de Foix, quien por su matrimonio con Juana de Aragón y Armagnac, hija mayor del difunto monarca, alegó sus derechos al trono aragonés. Las tropas del conde de Foix entraron en Aragón, pero fueron rechazadas por las tropas leales a Martín.
Territorios Peninsulares
Urgía la presencia de Martín I en sus estados, por lo que decidió abandonar Sicilia. En el viaje de regreso, al hacer escala en Marsella, una embajada enviada por Benedicto XIII le instaba a entrevistarse con él en Aviñón ante el nuevo giro que había tomado el Cisma de la Iglesia; el rey de Francia exigía la renuncia de los dos papas, lo que colocaba en postura difícil al pontífice aragonés.
El antipapa Benedicto XIII, aragonés y pariente de la reina, con la intención de llegar a solucionar el cisma hizo que Martín I, en 1403, interviniese militarmente contra el asedio que sufrió Benedicto en su sede papal, rescatándolo y acogiéndolo en Peñíscola.
La actitud irresoluta y escasa energía de Martín como gobernante constituyen la nota dominante de su reinado.
 Los agudos problemas internos en que se hallaban inmersos los Reinos y Condados peninsulares de la Corona se acrecentaron a partir de 1402 por las luchas habidas entre diversas banderías. En Aragón luchaban los viejos linajes de los Luna  y los Gurrea apoyados por sus respectivos seguidores.
Para poner fin a tan caótica situación, que perturbaba la paz de la Corona, en 1404 convocó el rey Cortes Generales en Maella. Junto a diversas medidas de tipo fiscal o relativas a cubrir las necesidades del reino de Aragón, se atendió en especial a buscar remedios eficaces en pro de la paz pública.
Se penalizaba a quien disparara ballestas, lombardas, etc., de no ser en defensa de su casa. De igual modo serían sujetos a juicio sumario quienes guerreasen entre sí, de no preceder desafío formal o tratarse de un caso previsto por fuero.
Se ampliaban además las facultades del Justicia de Aragón respecto a los delitos cometidos por particulares. Entre los acuerdos tomados en Maella se incluía la petición por parte de los allí reunidos de que viniera de Sicilia Martín «el Joven», requerimiento que tuvo por parte de éste pronta confirmación. Pero las alarmantes noticias que llegaban de la isla, donde habían surgido nuevos brotes de rebelión, le obligaron a regresar a aquellos dominios.
En general fue un reinado de paz exterior. Sin embargo, en el interior fue un período convulso, debido a las cada vez más cruentas guerras entre bandos nobiliarios en Aragón (los Luna contra los Urrea) y en Valencia (los Centelles contra los Soler y los Vilaragut). Uno de los momentos de mayor tensión tuvo lugar el 6 de enero de 1407, cuando el del gobernador de Valencia, Ramón Boil, fue asesinado en el contexto de una de esas luchas nobiliarias con las huestes del caballero Juan Pertusa y Gisberto Rexarch, partidarios de los Centelles.
Lanzó dos cruzadas contra el norte de África en 1398 y 1399.
Martín I estuvo atento a conjurar los peligros provenientes del litoral africano. Se organizó una cruzada a Berbería en 1397, pero una tempestad hizo fracasar la empresa. Las nuevas tentativas de la flota aragonesa en los años siguientes tampoco consiguieron sus objetivos.
Problema sucesorio
El 29 de diciembre de 1406 falleció la reina María de Luna, quien le había dado cuatro hijos (Martín, Jaime, Juan y Margarita), de los cuales ninguno sobreviviría a su padre ni dejaría descendencia legítima alguna.
El último en fallecer fue Martín el Joven, en 1409, a causa de unas fiebres.
Se hacía patente el grave problema sucesorio que se cernía sobre la Corona de Aragón, sobre la que acechaban ya diversos pretendientes. 
Viudo Martín I de María de Luna desde 1406, sus consejeros le sugirieron un nuevo matrimonio para asegurar su descendencia, pero su enlace con Margarita de Prades (efectuado en septiembre de 1409) no consiguió aquel objetivo.
El rey intentó legitimar a su nieto bastardo Fadrique de Luna (concebido por Martín el Joven y la noble siciliana Tarsia Rizzari), al cual trajo a la Península para poder educarlo, pero no encontró el apoyo político suficiente para convertirlo en su heredero y la comisión de expertos destinada a dilucidar la cuestión de la sucesión no se puso de acuerdo.
El 31 de mayo de 1410, moría Martín I a los 54 años sin haber nombrado un sucesor, abriéndose entonces un interregno de dos años en el que se disputaron el trono hasta seis pretendientes, entre ellos su nieto.
El conflicto alcanzó su solución en 1412 tras el llamado Compromiso de Caspe, por el que se eligió como nuevo rey a Fernando I, hijo de la hermana de Martín, Leonor de Aragón, nacido en la dinastía castellana de los Trastámara
Martín I ha pasado a la historia con el apelativo de «el Humano». Al igual que su hermano y antecesor, fue víctima de su propia debilidad física y de las desgracias familiares. Los cronistas destacan su perfil humano, su inteligencia, su piedad, así como su amor por la cultura y su afición por los autores clásicos. No obstante, junto a sus virtudes se perfilan una serie de rasgos negativos como gobernante. La falta de energía, que arrastró consigo hasta sus últimos días, se plasma en su irresolución ante el grave problema sucesorio que dejó como herencia a los estados de la Corona aragonesa.
Podemos decir que en este momento termina la Dinastía Pura Aragonesa

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