NADERÍA DE UN ARAGONÉS
Aragón en la Península Ibérica |
Soy de Aragón y es para mí un orgullo decir: soy español
Parece que en el actual momento histórico de España, a los españoles les da vergüenza el serlo, esto es así gracias a la mala gestión de sus políticos, como consecuencia de esta política nacional, hemos retrocedido a la Edad Media, cuando moros y cristianos se repartían “la piel de toro” con sus reyes y taifas, con sus pactos y sus guerras.
Ahora a la división geográfica de España, la llaman nacionalidades históricas y Comunidades Autónomas, aunque no se sabe el porqué, en muchas comunidades, se sacan una nacionalidad, una lengua y una historia, realizada a la medida del nacionalista de turno. ¡Es la moda!
Yo pertenezco al Reino de Aragón que junto al de Castilla fundaron la NACIÓN española, después se anexionó de forma voluntaria el Reino de Navarra.
Así que, Políticos Nacionalistas del tres al cuarto, España es la nación con sus más de quinientos años de HISTORIA. Por consiguiente en esta Península Ibérica sólo existen dos naciones España y Portugal.
Nuestra cultura e identidad española se ha ido desarrollando durante muchos siglos de luchas, tribulaciones, derrotas y victorias por parte de millones de hombres y mujeres que buscaban libertad e igualdad entre todos los españoles, sin diferencias entre los territorios.
Ahora en pleno Siglo XXI, llegan y se inventan algo que llaman memoria histórica y alianza de Civilizaciones, no se sabe con qué finalidad.; pero lo cierto es que han conseguido que seamos del terruño donde pacemos, y nos olvidemos del orgullo de ser descendientes de nuestro pasado español.
Tenemos la segunda lengua vernácula mas hablada del Planeta "La Tierra", el español (castellano para los pseudo-progres) pero en nuestra incultura y buscando el mirarnos el ombligo nos sacamos lenguas, unas en uso y otras muertas, que logran el separar a las personas, cuando la realidad de cualquier idioma es el unir a las personas y por eso el lenguaje evoluciona y es algo dinámico, como la propia sociedad que lo utiliza.
En España se pasó del latín culto al Román Paladí y de aquí al castellano, convirtiéndose este en el idioma oficial del Pueblo español y de una nación llamada España.
En España siempre se han hablado otras lenguas, Eusquera, Catalán, Valenciano, Gallego, Bable, Calé, y muchas más, y eso ha sido normal en la convivencia del día a día de los españoles. ¿Por tanto para que legislar, con leyes de lenguas y memorias históricas?
Sinceramente creo que es para vivir bien una serie de personas, de la clase política, sus palmeros y demás chupópteros.
Supongo que este escrito causará malestar entre las especies citadas, lo siento, pero he deciros que también sois españoles.
Ser felices.
“En España se pasó del latín culto al Román Paladí y de aquí al castellano, convirtiéndose éste en el idioma oficial del Pueblo español y de una nación llamada España.” ¡Uf! En las zonas romanizadas, el latín fue evolucionando hasta dar distintas lenguas romances, inicialmente muy similares y que con el tiempo se van diferenciando (entre ellas, el castellano... y el aragonés, por ejemplo). Tras la época romana llega la visigoda (los godos van ocupando la península, y las fronteras van variando) y luego la invasión musulmana. Algunos territorios están unos pocos años bajo dominio musulmán; otros lo están durante siglos. Pretender hablar de “España” y de que el latín derivó en la “nación española” en la “lengua española” en unos siglos en los cuales se produjeron constantes movimientos de fronteras es, siendo amables, una muestra de ignorancia.
ResponderEliminarPor otra parte usas el término “España” entendiéndolo con el significado actual, y olvidas que no siempre ha significado lo mismo. En general, se entendía como un concepto geográfico (sinónimo de Península Ibérica, como lo fueron Iberia e Hispania). Durante la reconquista, primero se usó para denominar las tierras conquistadas por los musulmanes. Posteriormente pasó a usarse para denominar al conjunto de territorios cristianos de la península... Y solo comienza a adquirir el significado que tú le atribuyes a partir del siglo XVIII (aunque hubo intentos anteriores, a partir del siglo XVI).