lunes, 14 de enero de 2013

JUAN II y LA GUERRA CIVIL EN NAVARRA



Guerra civil en el reino de Navarra
Blanca de Navarra, hija del Rey de Navarra Carlos III “El Noble”, contrajo matrimonio con el Martín I de Sicilia,
Al enviudar Blanca de Navarra se caso en segundas nupcias con el Rey de Aragón Juan II, esto le convierte en el Rey de Navarra, por matrimonio, cuando Blanca I fallece en el año 1441.
Fruto de ese matrimonio fue su hijo Carlos, que ostentaba el título de Príncipe de Viana. Este título fue instituido por su abuelo Carlos III para su nieto Carlos, lo cual le da posibilidad de heredar el trono de Navarra.
Juan II, que siempre estaba ausente del reino de Navarra, debido a sus deberes en Castilla, de esta manera su hijo el príncipe de Viana, aceptaba el cargo de lugarteniente, ejerciendo de hecho las prerrogativas regias, como le pedía en el testamento su madre.
En este testamento Blanca confirmó que los derechos recaían sobre él, pero le pidió al príncipe de Viana que en atención a la dignidad y el honor de su padre no asumiese la realeza sin su consentimiento.
Para ello hubiera hecho falta una sintonía entre padre e hijo que no existió.
En Navarra existían dos facciones nobiliarias rivales, una, los agramonteses creada a comienzos del siglo XII con Sancho VII el Fuerte y la otra, los beaumonteses creada con Carlos III con su familia natural, que se alió con el linaje más antiguo de los Luxa de la Baja Navarra. Esta rivalidad durante un largo período, tejió una tupida trama de conflictos personales que llevarían a la guerra abierta. En Navarra, de forma tradicional, no era habitual conceder a los nobles señoríos territoriales y jurisdiccionales, o si se daban era en pago a algún servicio y sin carácter hereditario, pero Carlos III lo modificó y dio la posibilidad de obtener estos privilegios feudales dentro del reino.
La ausencia habitual del padre Juan II de Aragón evitó roces y conflictos con Carlos de Viana que se instaló en Olite, amigo de las Artes y de la Letras, de entorno aristocrático y vida palaciega, como su abuelo Carlos III; sus más íntimos colaboradores, los Beaumont, aumentaron su poder.
Por su parte Juan II de Aragón seguía su política para conseguir un bloque compacto de la nobleza castellana que se enfrentara al monarca castellano Juan II de Castilla y a su hijo Enrique. Para ello se casó en segundas nupcias con Juana Enríquez en 1444, logrando así la adhesión de su poderosa familia, almirantes de Castilla. Fruto de este matrimonio es su hijo Fernando.
Por el contrario, a Castilla le interesaba desestabilizar a Juan II de Aragón, y para ello ahondo en las diferencias entre padre e hijo.
Cuando en 1451 los castellanos penetraron en Navarra ocupando Burandón y avanzando sobre Estella, que fue defendida por Lópes de Baquedano, y finalmente acampando en las proximidad de Puente la Reina, Carlos de Viana llegó a un acuerdo con ellos para enfrentarse a su padre.
Los beaumonteses tomaron partido por el príncipe de Viana y los agramonteses tomaron partido por el rey Juan II de Aragón y estalló la guerra civil
En 1452 Carlos Príncipe de Viana, aunque ayudado por Juan II de Castilla, fue derrotado y tomado preso. Con la concordia de Valladolid fue liberado tras prometer no tomar título regio hasta la muerte de su padre, el príncipe, y fracasó otra vez tras volver a intentar tomar las armas contra su padre, se refugió en Nápoles con su tío carnal por vía paterna Alfonso V de Aragón. En 1458 Alfonso muere y Juan es coronado como rey de de Aragón, mientras a Carlos se le ofrecen las coronas de Nápoles y Sicilia.
Carlos rechaza estas propuestas y tras reconciliarse con su padre vuelve a Navarra en 1459, con 38 años de edad y comienzan las conversaciones para casarse con la hermanastra de Enrique IV de Castilla, Isabel (la Católica), entonces de tan sólo 9 años de edad. Sin embargo, la oposición de Juan II de Aragón, que pensaba en el hermanastro de Carlos, Fernando (el católico), entonces de 7 años de edad, fue tan violenta que ordenó desarmar y prender a su hijo Carlos en Lérida el 2 de diciembre de 1460.
Fue llevado después a Aitona y más tarde a la prisión de Morella. Esta imprudente medida alborotó a todo el reino y catalanes y navarros se alzaron en su favor. Esta insurrección pronto llegó a ser general y Juan II tuvo que ceder y poner en libertad al príncipe el 25 de febrero de 1461.
El 23 de septiembre de 1461, el príncipe de Viana muere a los 40 años de edad en el Palacio Real de la ciudad de Barcelona, no sin la sospecha de haber sido envenenado por su madrastra Juana Enríquez, madre de Fernando.

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