viernes, 9 de agosto de 2013

HISTORIA: ZARAGOZA (5)



Relato D. Pablo Claramunt
El Benjamin de Augusto
Recursos con que se constituyo César-Augusta. -Adoptación del idioma latino.- Muerte de César Augusto y sus consecuencias.
Así titula el célebre escritor Murillo en sus Excelencias de Zaragoza á César Augusta, fundándose en el cariño que su noble protector le demostrara, en que Roma le tendiese la mano con el cariño de hermana y en la magnificencia y el poderío que César Augusto le concediera; y tanta predilección dispensada por el emperador romano, consignada está en cuantas historias, crónicas y discursos se han impreso, escrito ó pronunciado haciendo historia de la muy heroica, muy benéfica é inmortal Zaragoza.
Y por si esto no fuera bastante á demostrar lo que sentado queda, hay un célebre edicto publicado por todo el imperio romano, por el que se obliga á sus habitantes al pago del denario (cierta contribución establecida en los tiempos romanos), para con él atender á reedificación de César Augusta, y no falta escritor que asegura que hasta los padre de Nuestro Señor Jesucristo, al pagar su impuesto en Belén, contribuyeron á la edificación de la reina del Ebro.
Derechos, pues más que sobrados tiene Zaragoza para ser acreedora al respeto de las gentes, pero por si estos no bastaran, su remota antigüedad sería suficiente á exigirlos.
En tanto, César Augusto había conseguido con su política de templanza y sus bienhechoras obras, el que los diferentes pueblos que habitaban la España depositaran en él ilimitada confianza, hasta el punto de admitir que el idioma latino sustituyese á los diversos y desconocidos lenguajes que usaban; pues para los españoles ya no era César el jefe de una nación enemiga, ni el guerrero que por donde quiera que iba sembraba de cadáveres y ruina el suelo; sino el padre del pueblo, el hombre benéfico y dadivoso que á manos llenas vertía los tesoros, y lo que era más estimable que éstos, el bálsamo de la paz y felicidad.
Así, pues, pronto el pueblo ibero adoptó sus leyes, costumbres, usos y lenguaje sin dificultad ni aversión alguna.
Diferentes gobernadores romanos son nombrados para César Augusta, pero todos saben respetar y honrar á la dichosa ciudad, compuesta entonces de diferentes habitantes, clasificados en nobles romanos que por amor á su emperador se habían trasladado á Zaragoza, en los inválidos por las terribles guerras sostenidas y en unos cuantos adetanos y celtíberos que invitados por el emperador y atraídos por la novedad habían venido á formar parte de la población que hiciera levantar César.
Satisfechos y orgullosos mostrábanse los habitantes de la invicta Zaragoza por los honores y franquicias que á manos llenas les concedía el emperador, cuando recibieron la fatal noticia del fallecimiento de su bienhechor César Augusto, 15 años después del nacimiento de J.C.
Dolor profundo produjo tan sensible acontecimiento en el mundo entero; pero César Augusta, la ciudad, mejor dicho, la hija del emperador, cubriose de luto y los corazones de todos sus habitantes, anegados en llanto, cubrieron de lágrimas el suelo y hendían los aires con sus lastimeros quejidos.
Tiberio Nerón fue quien sucedió á César Augusto, el que cuidándose más de satisfacer sus vanos deseos y sus torpezas que de la felicidad y ventura de los pueblos, mandó á España gobernadores, que emulando á su emperador pronto se entregaron á cometer las mayores crueldades é infamias, y César Augusta no se libró de las rapiñas y atropellos de tan bárbaros mandatarios.
Tan reprensible conducta había de surtir sus efectos en un pueblo tan fiero é indomable como el español, y pronto la insurrección fue general; insurrección que produjo el relevo de algunos prefectos ó gobernadores, pero no el de César Augusta; éste fue asesinado en Castilla la Vieja, y sabedor de ello Tiberio, envió sobre los españoles todos los males que su encarnizado odio le hicieran concebir hacia este país; y desde aquel momento, en España volvió á aparecer la esclavitud con todos sus denigrantes horrores.
Sucedía esto á los 19 años del reinado de Tiberio Nerón y cuando en Judea era crucificado Jesús, el Redentor del mundo; Aquel que fue vendido y clavado en una Cruz, porque brotando la verdad de sus labios con palabras extrañas, pero consoladoras, hacía postrar á sus plantas á cuantos le escuchaban, creando así un nuevo ejército que sin más armas que sus palabras persuasivas y la predicación del Evangelio, pronto había de cambiar la faz del mundo y había de redimirlo de sus enormes errores.
Así transcurrieron 15 años más después de J.C., en cuya fecha murió Tiberio Nerón, aborrecido de todos y denigrado por su conducta cruel y feroz; dejando como heredero del trono á otro más malvado y más tirano que él; á Cayo Calígula, quien lo mismo que su antecesor, dejó á España desamparada, confiando su mando á la voluntad de sus favoritos, tan déspotas, tiranos y crueles como él.
Y César Augusta, con resignación heroica, sufría las consecuencias de la desatentada conducta de su pretor, sin más ley ni más régimen que los atropellos y exigencias caprichosas de la desmedida ambición de funesto hombre que la gobernara.
Pero esperaba el día de su redención y en ello confiaba bien fundadamente.
 

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